Como un derecho al ejercicio de las libertades económicas, la comunidad laboral tiene ahora la posibilidad de agruparse en Sociedades Cooperativas con la finalidad de proteger su capital productivo y, al mismo tiempo, garantizar el desarrollo económico y social de las comunidades organizadas siguiendo los lineamientos que establecen las leyes nacionales e internacionales sobre la protección del medio ambiente, en cuanto la corresponsabilidad sobre el desarrollo sostenible y sustentable de las regiones.
De hecho, en los últimos tiempos, nuestra sociedad ha experimentado grandes transformaciones mediante la aparición de nuevas actividades dentro del campo económico que obligan la formación de nuevas organizaciones productivas; ahora las grandes empresas no son las únicas responsable en abrir campos de trabajo productivo, sino que es la misma sociedad, como fuerza productiva, quien es corresponsable de abrir nuevos campos de desarrollo socio económico regional y de garantizar empleos dignos, con salarios justos para toda la clase trabajadora.
En tal orden de ideas, el presente artículo tiene como finalidad orientar a la comunidad de pequeños y medianos empresarios sobre cómo apoyarse en el sistema financiero para obtener todas las garantías económicas que ofrece el sistema bancario nacional, y dónde conseguir este apoyo.
¿Qué entendemos por Sociedad Cooperativa?
La sociedad cooperativa viene definida oficialmente como una sociedad mercantil de interés social, de participación colectiva bajo principios democráticos, con personalidad jurídica, y respaldada económicamente por un capital fundacional. Está certificada por los aportes nominativos que cada cooperativista suscribe y, en conjunto, se manejan como sociedades de responsabilidad limitada, salvo excepciones, cuya finalidad económica está dirigida hacia su propio beneficio. Cada país regula su funcionamiento, y en España existe la Ley 27/1999, del 16 de julio, que reglamenta todo lo concerniente a su conformación y actividades. Allí quedan especificados todas sus características, funcionamiento y diversificaciones.
La banca comercial y las sociedades cooperativas.
Como empresas mercantiles, las cooperativas poseen bienes representados en recursos materiales y económicos necesarios para su funcionamiento, tales como infraestructura de propiedad privada o colectiva, medios de producción y capital económico suscrito. Estos bienes están considerados como capital fijo que debe estar oficialmente depositado, como garantía social, en un banco de la república. Por lo tanto, sus actividades las colocan dentro del sistema económico nacional y su manejo financiero se rige por las normas y reglamentos, de obligatorio cumplimiento, que cubren las actividades bancarias en general.
Sin embargo, existen grandes diferencias entre el funcionamiento y naturaleza de las sociedades cooperativas (bien sean de ahorro, productivas o de consumo) y la banca comercial:
- Los dueños del banco son sus accionistas y el número de votos corresponde al número de acciones que posea cada propietario. Los propietarios de la cooperativa son sus miembros y cada uno representa un voto en la toma de decisiones
- Las utilidades y ganancias de un banco se reparten entre los accionistas según las acciones que se posean. En una cooperativa se actúa según normas establecidas para el mejoramiento de la calidad de vida de cada socio y su seguridad social, como la creación de cajas de ahorro o fondos de protección, de acuerdo a decisiones tomadas en asamblea.
Apoyo financiero de los bancos a las cooperativas
Para que una empresa cooperativa cumpla cabalmente las obligaciones establecidas, la banca comercial ofrece productos y servicios financieros para el óptimo manejo administrativo de la empresa. Para cada tipo de cooperativa, los bancos ofrecen cuentas empresariales con beneficios exclusivos, muy diferentes a las cuentas bancarias ofrecidas a los clientes individuales.
La cuenta bancaria comercial más recomendada para una sociedad cooperativa es la Cuenta Empresarial; con ella el banco puede ofrecer facilidades en la operativa diaria de los recursos, permitir pagos y transferencias mediante el uso de instrumentos financieros que abarcan desde la apertura de una cuenta nómina para cada trabajador, planes de financiamiento especiales, créditos corporativos, creación de fondos de pensión, hasta la emisión de tarjetas de crédito y débito personalizados, entre otros tantos beneficios. Cada cooperativa debe analizar sus propias necesidades financieras y elegir el producto más conveniente.
Requerimientos para la apertura de una Cuenta Empresarial
Cada banca comercial requerirá sus propios trámites para la apertura de cuentas empresariales a sociedades cooperativas, pero se podría generalizar en los siguientes:
- Registro comercial de la empresa
- Poder notariado de autorización de la persona asignada, registro de firma(s) y declaración jurada de patrimonio
- Pago de impuestos, seguro social y pago de nómina a través de la cuenta
- Mantener un saldo mínimo promedio, según el banco
- Realizar ingresos mínimos periódicos
- Poseer una cuenta bancaria por empresa