En mundo cada vez más globalizado e interconectado, y cuyas relaciones de negocios son cada vez más complejas, resulta imprescindible informarnos sobre las diferentes formas de transferir dinero que existen, la fiabilidad de cada una de ellas y la conveniencia o no de efectuarlas. Con una óptima asesoría podemos ahorrar muchos costes y aliviar nuestras cuentas en el momento del balance anual.
A la hora de realizar una transferencia internacional las premisas básicas por las que se guían las empresas, los particulares y otros agentes sociales para este tipo de transacciones son tres: la seguridad, la rapidez y la facilidad.
Si un método reúne estos tres requisitos, y además aporta profesionalidad, suele acaparar usuarios o clientes, si también lo hace de forma barata y competitiva, las opciones de uso aumentan exponencialmente.
¿En qué consiste una transferencia al extranjero?
Una transferencia hacia el extranjero consiste básicamente en mandar dinero a una persona, entidad o empresa que reside -o tiene su sede social- en algún otro país que no es el nuestro. Esa acción conlleva unas retribuciones que empresas, bancos o compañías intermediarias que se dedican a este tipo de intercambios perciben de forma legítima por estos servicios.
Los mercados internacionales cada año se expanden más, las operaciones económicas se multiplican y, en esta compleja coyuntura global, empresarios, clientes y trabajadores demandan (y necesitan) un entorno fiable, con calidad, de confianza y seguro desde el que operar y hacer crecer los negocios.
Hay múltiples posibilidades para enviar, pagar o transferir dinero, sobre todo por la gran cantidad de empresas, bancos y asesorías que ayudan a hacerlo a nivel internacional y debido al fomento de las nuevas tecnologías de la comunicación, que hacen que desde nuestra propia casa tengamos la posibilidad de efectuar operaciones complejas sin tener que movernos.
Hay una serie de puntos claves a la hora de realizar una transacción de este tipo: lo primero que debemos saber es la localización de la cuenta bancaria a la que hemos de transmitir una determinada cantidad de dinero. Luego, hay que cerciorarse de la moneda en la que vamos a operar, y por último, el importe (la cantidad de dinero) que vamos a abonar.
Debemos informarnos sin dejar nada en el tintero, saber cuánto dinero va a recibir la parte que recibe, en qué moneda y qué tipo de comisión vamos a tener que pagar por la transacción. No hay que ahorrar en preguntas, todo lo contrario. Los momentos previos a las operaciones son los más importantes, pues así podremos concretar claramente qué queremos. El pagador debe extremar las precauciones: conocer el IBAN (número de cuenta bancaria del destino), la dirección física o de la sede social del particular o empresa destinatario, su nombre, el código SWIFT/BIC (que está formado por once dígitos) y el montante total de la operación. Nada debe quedarse fuera, tampoco el concepto de la transferencia en cuestión.
Lo importante es dejar todos los flecos atados antes de realizar la operación y conocer la letra pequeña de las condiciones para no toparnos con ninguna sorpresa desagradable. Tras enviar el dinero, es obligatorio y necesario comprobar con un acuse de recibo o una notificación la llegada del capital correspondiente, pues por cualquier dato incorrecto puede originar que la transferencia sea remitida de vuelta con la posterior comisión por los servicios prestados. Ojo a eso. Ocurre también que, algunas veces, las personas que realizan las transacciones no están familiarizadas con el argot de las finanzas y la economía digital, por lo que pueden verse algo perdidas al poner en marcha este tipo de operaciones. Conviene, por tanto, estudiar algunos conceptos claves antes de emprender cualquier transferencia y leer sobre esta materia. Este artículo es una buena guía de primeros pasos.
¿Quiénes son los agentes económicos interesados en las transferencias internacionales?
1. Grandes empresas.
Para una gran empresa, que acumula cientos de operaciones diarias entre países foráneos, es preciso contar con garantías al realizar transferencias u otras operaciones similares, pues su volumen de negocio es considerable. Además, deben dar una apariencia de seriedad y eficiencia. Ahorrar costes y asegurar la viabilidad de las operaciones resulta, por tanto, un objetivo clave para estos grandes holdings empresariales.
2. Pymes.
Son aquellas empresas pequeñas y medianas que conforman el tejido económico y laboral de un país. Para una empresa de estas dimensiones, cualquier operación económica debe estar planificada de antemano y estudiada concienzudamente, procurando conseguir las mejores condiciones, pues a la hora de ajustar el balance económico todo suma, también el ahorro en las transferencias y las gestiones bancarias.
3. Autónomos.
Son las personas físicas que a diario realizan una actividad de índole económico a título lucrativo. Su economía suele estar muy medida, ya que su responsabilidad es ilimitada y el patrimonio empresarial y personal suelen estar íntimamente relacionados. Hoy día, el trabajo freelance de forma telemática ha disparado el uso de los pagos a través de los bancos fintech, pues es una forma rápida y sencilla de cobrar encargos en pocos minutos.
4. Particulares.
Existen muchas personas en el mundo que, a titulo personal envían transferencias bancarias a su país de origen, ya sea porque han migrado hacia otras latitudes por motivos laborales, sociales o familiares. Es algo natural que siga habiendo un vínculo económico con las familias de origen y se busque las operaciones menos costosas para poder mandar cantidades importantes de dinero a los seres queridos.
Formas de hacer las transferencias
A día de hoy, sigue habiendo muchos empresarios, particulares y autónomos que prefieren hacer las transferencias de forma presencial, en las sucursales bancarias o de las compañías que se dedican a los envíos de dinero. Es una opción tan válida como otra cualquier otra y que responde quizás a la mayor seguridad que a estas personas les ofrece el trato humano. La tradición es importante en países como España y todavía hay quien prefiere esta hoja de ruta. No obstante, cabe recordar que hoy en día, desde el mismo ordenador y a través de las múltiples aplicaciones móviles (apps) que están proliferando, es perfectamente factible realizar las transferencias sin salir de casa, con la máxima seguridad y plenas garantías. Más tarde ahondaremos en estas opciones online.
Principales tipos de transferencias bancarias
Los dos tipos de transferencias bancarias más comunes de carácter internacional son las siguientes:
Las transferencias SWIFT (Society for World Interbank Financial Telecommunication)son aquellas que se llevan a cabo desde este tipo de sistema interbancario. Son célebres en el mundo entero por sus garantías de seguridad, su transparencia, rapidez y facilidad. En plazos relativamente cortos de 24 o 48 horas se pueden concluir con éxito las transacciones a través de este tipo de transferencias, aunque se han visto casos cuya demora se ha extendido a cinco día. Conlleva, eso sí, un riesgo que el usuario debe contemplar: son transferencias irreversibles que no tienen vuelta atrás, por lo que suelen realizarse entre particulares o entidades cuya confianza es plena. Ojo a esto: para aquellas transferencias extranjeras (SWIFT) que sean salientes, los bancos españoles suelen aplicar comisiones, estas pueden ser fija, variable o proceder a un aumento del tipo de cambio.
Las transferencias SEPA (Single Euro Payments Area o traducido, Zona Única de Pagos en Euros) son las que, como las siglas de su propio nombre indican, se realizan en el territorio de la Unión Europea con las ventajas que genera la moneda única continental. La zona SEPA nació en 2008 y son más de una treintena de países los que la conforman, un conglomerado de territorios que permiten realizar transferencias y pagos en euros, con unas condiciones, obligaciones y derechos similares, generando un marco de seguridad en torno a las transacciones. A través de las SEPAS son muchas las empresas que salen beneficiadas al contar con una serie de beneficios muy ventajosos como la inmediatez de la transferencia (al día siguiente que se considere hábil o, en algunos casos, instantánea), que no exista límites de la cantidad transferida, la seguridad y la protección de las operaciones, entre otros muchos. Es hoy día, uno de los métodos más seguros e interesantes a la hora de realizar pagos, y uno de los más utilizados por los europeos.
¿Qué significan las siglas OUR, BEN Y SHA?
Siglas OUR, BEN y SHA ¿Quién asume los costes de las transferencias? Esta es la principal cuestión a la hora de establecer un acuerdo bancario, por ello vamos a repasar las tres modalidades existentes:
- Tipología «OUR». Los costes los cubre exclusivamente la persona física o empresa que ordena la operación, incluyendo las comisiones que exige el banco que recibe la transferencia.
- Tipología «SHA». Se trata de una transferencia en la cual los costes se reparten entre las dos partes implicadas, ordenante y beneficiario. El primero asume los gastos que su entidad establece y envía la cantidad correspondiente, y después, el beneficiario costea los gastos y comisiones derivados de la entidad destinataria. Es una buena opción para equilibrar gastos y conseguir un mayor equilibrio en ciertas operaciones.
- Tipología «BEN». En esta modalidad, el ordenante de la transferencia al extranjero no asume ningún gasto ni comisión, lo hace completamente el beneficiario de la misma.
Urgencia en el pago
En algunas ocasiones podemos tener una prisa extraordinaria por efectuar un pago. Pues bien, existe un método para realizar estos pagos de forma urgente, prácticamente «al instante». Se trata de la Orden de Movimientos de Fondos (OMF), que se utiliza para efectuar pagos con un desembolso importante que deben realizarse «ipso facto» por cuestiones relativas al contrato. Podemos estar hablando, por ejemplo, de la compra de un automóvil a un tercero o una operación similar. Ojo al dato: estas operaciones suelen conllevar una comisión considerable para el ordenante a cambio de esa instantaneidad.
Otro tipo de transferencias. ¿Qué son los bancos fintech?
Estamos hablando de compañías que digitalizan al 100% las finanzas y las operaciones bancarias, con objeto de abaratar costes de comisiones e/o intermediarios y brindarle un precio competitivo a los clientes. Son empresas que se están abriendo hueco en el mercado por encima de los bancos tradicionales y que suelen presentar métodos de pago extraordinariamente sencillos, seguros, económicos y cómodos. Algunos ejemplos actuales son TransferWise, Remitly, N26 o Revolut, entre otros. Su tipología distingue entre los neo banks y los challenger banks.
Estos son algunos métodos alternativos y seguros de transferencias al extranjero
Vía Paypal.
Paypal, la célebre compañía de pagos online, tiene su propio sistema de enviar dinero al extranjero a través de Xoom. Se pueden realizar los pagos a través de una cuenta bancaria, ya sea con tarjeta de crédito o débito. Está en alza.
Vía TransferWise.
Es un método nuevo para realizar las transferencias de dinero a nivel internacional. Ha tenido un enorme éxito porque eliminando al máximo los intermediarios han intentado establecer unas tarifas más económicas que los bancos, facilitando operaciones económicas a baja escala.
Vía Moneygram.
Opera desde 1998 con gran éxito, teniendo sedes en multitud de países. Ofrece productos muy dispares desde transferencias de fondos a nivel mundial, al uso de cheques oficiales o giros postales.
Vía Western Union.
Otra compañía americana y una de las más extendidas por todo el planeta (más de 250.000 puntos de ventas en el mundo). Es un método muy utilizado, rápido, confiable y fácil de llevar a cabo, eso sí, con comisiones cuantiosas. Estas son algunas de las posibilidades al realizar transferencias internacionales pero hay muchas otras, decenas de ellas. Una de las formas de chequear el mercado, comparar las ofertas y decidirnos por una que se ajuste a nuestra capacidad económica y logística es a través de los comparadores. A tiempo real se pueden consultar el coste de las transferencias, el tipo de cambio que se aplica y cuánto nos va a suponer desembolsar por ellas.
¿Cuál es el coste de las transferencias al extranjero?
Depende del método utilizado. Los bancos suelen cobrar más que los proveedores o plataformas tipo Paypal o TransferWise (por poner algunos ejemplos) si bien estos primeros son ampliamente utilizados al disponer de más clientes y estar más normalizados. Tanto pagador como destinatario deben estudiar el tipo de transferencia que quieren realizar, las comisiones que van a cobrarles, la urgencia que tienen a la hora de que se efectúe la operación y si existe un cambio de divisa (estas suelen ser las operaciones más caras). Por eso se debe estudiar el tipo de cambio del momento exacto en el que se realiza la transacción. A la hora de realizar las transferencias internacionales conviene también conocer las horas de cortes de los principales bancos, que suelen indicarse en la letra pequeña de los contratos pero es preciso revisar para conocer cuándo pueden estar listas nuestras operaciones. Por ejemplo, en España, los principales bancos cortan por la tarde, algunos más temprano que otros.
Precauciones o sobre qué tener cuidado
Es de máxima importancia tener conocimientos previos en Internet y los entornos digitales si vamos a hacer transacciones bancarias con cifras altas o de una importancia considerable. Todavía a día de hoy existen muchos timos y estafas en el ámbito online que pueden dar lugar a episodios groseros. Por eso, es necesario extremar la precaución al máximo. Las transacciones internacionales vía Internet suelen estar protegidas por encriptación estándar HTTPS, por lo que es recomendable chequear la web en cuestión hasta encontrar los sellos oficiales. Un consejo de sentido común: si usted no está seguro de la tarea que está realizando, esta conlleva ciertos riesgos y supone un desembolso importante, busque un asesor antes de dar el primer paso, lo agradecerá en un futuro. Investigue todas las ofertas que reciba para asegurarse al 100% que estas son reales y no deje nada al azar. Si usted detecta alguna actividad sospechosa, no dude en cancelar la operación. Ojo, porque algunos hackers utilizan sofisticados métodos de robo y extorsión, por ello siempre hay que observar los sellos de calidad y las garantías que ofrecen las diferentes aplicaciones o sitios webs. Existen las estafas de reembolso, las «ayudas para catástrofes, la lotería extranjera, las compras por Internet, el cheque-giro, los prestamos sorpresa y un largo etcétera de métodos para sonsacar a las personas menos experimentadas en la red su capital. Es recomendable, sobre todo, no enviar dinero a personas o entidades que no conozcamos o no tengamos garantías sobre su existencia real. Si un pariente o familiar nos pide un abono, es preciso corroborar su historia y comprobar su fiabilidad. También a la hora de realizar negocios. Si tenemos entre manos alguna transacción empresarial, conviene analizar la empresa destinataria: ¿Tiene sede fiscal? ¿Dónde opera? ¿Ha realizado con otras personas o entidades negocios? ¿Existen opiniones de los usuarios o clientes?